viernes, 28 de marzo de 2014

FLORA Y FAUNA

FLORA Y FAUNA

Aunque gran parte de Australia es desértica o semiárida, existe en ella una gran diversidad de hábitats, desde brezales alpinos a selvas lluviosas tropicales. Debido a la gran edad del continente, la poca fertilidad de sus suelos, sus diferentes climas extremadamente variables y su prolongado aislamiento del resto de los continentes, la biota australiana es única y diversa. Alrededor del 85% de las plantas con flor, el 84% de los mamíferos, más del 45% de las aves, y el 90% de los peces de las zonas costeras templadas son endémicos.27 Muchas de las ecorregiones de Australia y de las especies autóctonas que viven en ellas están amenazadas por las actividades humanas y por la introducción de especies exóticas. El Acta de Protección del Ambiente y Conservación de la Biodiversidad de 1999 es el marco legal utilizado para la protección de las especies amenazadas. Numerosas áreas protegidas han sido creadas por el Plan de Acción de la Biodiversidad para proteger y conservar los ecosistemas únicos del continente; 64 humedales están registrados bajo el Convenio de Ramsar y existen además 16 sitios declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad. Australia ocupa el puesto número 13 en el mundo en el Índice de Sustentabilidad Ambiental de 2005.

La mayor parte de las plantas leñosas australianas son perennifolias y están adaptadas al fuego y a la sequía, incluyendo muchas especies de eucaliptos y acacias. Existe una muy rica variedad de especies endémicas de legumbres que prosperan aún en suelos pobres en nutrientes gracias a su simbiosis con la bacteria Rhizobia, y hongos que hacen posible la micorriza.

Se considera que el actual predominio de flora xerófila típica de las zonas semiáridas, áridas y desérticas se debe a un proceso de desertificación iniciado hace aproximadamente unos 30.000 años debido a la previa irrupción del Homo sapiens hace entre 50.000/45.000 años.

Los científicos de la Organización Australiana de Investigación Científica e Industrial (CSIRO) encontraron además 80 montañas marinas, algunas de más de 500 metros de altura y 25 kilómetros de ancho; 145 cañones submarinos, y corales de dos metros de altura y de hasta 2.000 años de edad. Las enormes dimensiones de las montañas y los cañones demuestran "lo lentamente que crecen estos ambientes y lo mucho que tardarían en recuperarse de cualquier cambio", ha manifestado el biólogo marino Nic Bax.

La fauna australiana es célebre por la presencia de llamativos marsupiales y monotremas; además de estos animales típicos ya célebres, caracteriza a Australia la abundancia extraordinaria de animales venenosos, gran parte de ellos letales para los seres humanos: la Chironex fleckeri (avispa de mar o irukandji) es una pequeña medusa que frecuenta los mares del sector norte de Australia, pulpos también venenosos (como el Hapalochlaena lunulata) y peces ponzoñosos, serpientes marinas; en tierra abundan algunas de las arañas más mortíferas siendo la presencia de muchas de ellas frecuentes en las ciudades. Otra característica australiana: es el continente con mayor variedad de lagartijas.

Las especies animales autóctonas más conocidas incluyen, tal cual se ha señalado, a los monotremas (el ornitorrinco y los equidnas) y los marsupiales; los marsupiales australianos se caracterizan por la variedad adaptativa de sus especies, encontrándose herbívoros y carnívoros y especies que por convergencia evolutiva parecen roedores o que parecen cánidos, y entre ellos destacan diversas especies de canguros, el koala, los wombats, el demonio de Tasmania y el (extinto en los años 1930) Tilacino o "Tigre de Tasmania"; y aves como el emú, las cucaburras, el ave lira ó la cacatúa. Entre los mamíferos placentarios autóctonos llaman la atención los petauros del azúcar; el dingo fue introducido por los asiáticos que comerciaban con los aborígenes australianos hacia el 4000 a. C. En los cursos de agua del norte australiano existen grandes cocodrilos y otros reptiles como los varanos (en especial el Varanus giganteus), el dragón australiano y algunas de las serpientes más letales del planeta.


Muchas especies animales y vegetales se extinguieron después del asentamiento humano, incluyendo la megafauna australiana hace unos 30.000 años, tal megafauna incluía leones marsupiales y Canguros Gigantes; otras se han ido extinguiendo desde el asentamiento europeo, como por ejemplo el Tilacino de Tasmania.

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